Consejos Básicos para hacer Senderismo.

¿Qué es el senderismo?

El senderismo es la actividad de caminar en la Naturaleza, generalmente siguiendo senderos, caminos y pistas. Es una práctica que nos acerca al entorno natural y también al rural, que nos permite conocer la geografía y el patrimonio de una región. Se combinan por tanto el ejercicio físico, la Naturaleza y la cultura.

Es un deporte no competitivo así que se trata simplemente en disfrutar del aire libre, del movimiento de caminar, de los paisajes y lugares que visitamos o de la compañía.

En general no requiere de una gran pericia técnica o física -basta con un mínimo de forma- ni de un equipo complicado, aunque lógicamente estos requisitos variarán en función de la ruta que elijamos, su dificultad, su duración o la época del año.

 En principio se utiliza la palabra senderismo cuando se trata de realizar recorridos que duran como máximo un día, mientras que se dice trekking cuando hablamos de caminar durante varias jornadas llevando con nosotros el material para pernoctar, como la tienda de campaña y el saco de dormir. No obstante se ha generalizado bastante el uso de la palabra trekking para referirse a todas las formas de hacer senderismo.

Planificar la excursión.

Antes de partir hay que planificar aspectos importantes como qué ruta seguiremos y el tiempo estimado que tardaremos en realizarla. Esto es clave si no queremos correr el riesgo de que se nos haga de noche ahí fuera.

Esencial es también es estar atentos a las previsiones meteorológicas. Se deben tener en cuenta las condiciones de temperatura, posibilidad de lluvia, etc. que probablemente nos encontraremos, a la hora de hacer la mochila o elegir la ruta. Si la predicción es que las condiciones van a ser muy extremas, seguramente es mejor no arriesgarse y aplazar la salida para mejor ocasión.

 

 

Si no conocemos el camino o la zona por la que nos moveremos -y aunque la conozcamos, también es aconsejable-, llevaremos un mapa o guía que proporcionen los máximos detalles posibles. Los dispositivos tecnológicos como el GPS también son muy útiles pero hay que tener en cuenta que podemos quedarnos sin batería o a veces se estropean.

Existen en Internet webs muy útiles, como es el caso de Wikiloc, que nos ayudarán a elegir y conocer una ruta previamente.

Calzado y vestimenta.

Tenemos que cuidar al máximo de nuestros pies ya que dependeremos completamente de ellos. 

El calzado debe ser cómodo y apropiado para el terreno y las condiciones climáticas en que nos moveremos. 

Un buenas zapatillas o botas transpirables, flexibles y con una suela que agarre bien, serán suficientes en muchos casos. Si vamos a caminar en invierno, con lluvia, barro, etc. será buena idea entonces que también sean impermeables.

Las zapatillas suelen ser más ligeras que las botas, pero estas últimas nos darán más estabilidad y protección ante lesiones si vamos por terrenos técnicos o complicados, o si llevamos una mochila de cierto peso.

Si tienes dudas sobre qué calzado elegir, quizás te puedan ayudar estos artículos: 

Las mejores ZAPATILLAS de Trekking.
Las mejores BOTAS de Montaña.

Además, es importante llevar unos calcetines bien ajustados y un poco gruesos para evitar rozaduras y la aparición de ampollas o heridas que conviertan la excursión en un infierno.

 

La ropa, igualmente, debe ser cómoda, ligera y apropiada a las condiciones meteorológicas en las que nos movamos teniendo en cuenta que pueden variar en cualquier momento. Lo más recomendable es seguir la Teoría de las tres capas que nos permitirá adaptarnos a las circunstancias. Entre las prendas que podremos necesitar se encuentran las camisetas técnicas, los forros polares o las chaquetas impermeables. 
La elección de los pantalones de senderismo dependerá una vez más de las condiciones ambientales. Si es largo nos protegerá las piernas del sol, de la vegetación y de las picaduras de los insectos. Si hace mucho calor iremos más frescos con unos pantalones cortos. Por último existen pantalones convertibles o desmontables muy versátiles ya que se les pueden poner y quitar las perneras.
Si quieres conocer más puedes leer nuestro artículo sobre los Mejores Pantalones de Trekking. 

Mochila.

Para nuestras excursiones es importante escoger una mochila que sea ligera y resistente. Una buena opción, además, es que disponga de una funda impermeable para protegerla de la lluvia.

Tiene que ser cómoda y poder abrocharse por la parte delantera, a la altura del cinturón y/o el pecho, para que quede bien ajustada y no se nos mueva cuando estemos caminando, poniendo en peligro nuestro equilibrio.

 

 

Para caminatas de una sola jornada, debería ser suficiente con una mochila de entre 20 y 30 litros. Las de mayor capacidad pesarán más y nos pueden tentar a introducir exceso de cosas con las que tendremos que cargar de manera innecesaria. Para no olvidarnos de nada, es buena idea escribir una lista.

Intentaremos colocar los objetos en su interior de forma que el peso esté equilibrado y, al mismo tiempo, tengamos acceso rápido y fácil a aquellos que más vayamos a usar.

En este artículo te ayudamos a elegir una mochila para tus excursiones:

Las Mejores MOCHILAS de Trekking.

Bastones.

Utilizar uno o dos bastones es muy útil la mayoría de las veces. Los bastones nos servirán para mejorar nuestro equilibrio, ya que supondrán puntos de apoyo extra cuando andemos por terrenos difíciles o escarpados. Así mismo, permiten repartir nuestro peso y el de la mochila entre más partes del cuerpo, evitando que sean las piernas las que hagan todo el esfuerzo. Todo esto ayudará a evitar sobreesfuerzos y posibles lesiones.

 

 

También son útiles como medio de autodefensa. No suele ser habitual por fortuna, pero pueden suceder encuentros fortuitos con animales salvajes o algún perro suelto con muy mal humor.

Existen en el mercado bastones de diferentes tipos y materiales. Si tienes dudas a la hora de comprar, echa un vistazo a nuestro artículo:

Los Mejores BASTONES de Trekking.

Alimentación e hidratación.

Es importante alimentarse e hidratarse bien antes, durante y después de la ruta. Antes de salir, tomaremos energías con un buen desayuno o comida. No hay que pasarse ni por exceso ni por defecto: ni darnos un atracón que habrá que digerir, ni marchar con el estómago vacío. Desde luego, no es buena idea tomar alcohol antes de ponernos en marcha. 

La cantidad de comida y bebida que portaremos irá en consonancia con las condiciones de la caminata.

Los frutos secos son ideales por su gran aporte energético, especialmente los cacahuetes. Mejor si los llevamos ya sin cáscara. Del mismo modo, las barritas de cereales nos ofrecerán una buena cantidad de energía a cambio de muy poco peso.  

La fruta liofilizada es más aconsejable que la normal ya que pesa y ocupa menos, es más limpia y no tendremos que estar pendientes de los restos de pieles, etc. que pueden oler mal y con los que habrá que cargar hasta que encontremos un sitio donde depositarlos.

 

  

Esto suele ser suficiente para excursiones de 3 o 4 horas. Si nuestra ruta va a durar más, ya deberíamos aprovisionarnos de más alimentos como por ejemplo bocadillos. No solo recuperaremos fuerzas. Comer nuestro bocadillo favorito, en mitad de la Naturaleza, con el apetito que nos abre un buen rato de ejercicio físico, es uno de los mayores placeres de la vida. 

Es preferible ir alimentándonos poco a poco y constantemente a lo largo de la excursión, haciendo paradas cortas para descansar. Si hacemos una pausa larga para una «comilona», después probablemente nos encontraremos llenos y nos habremos enfriado, con lo que reanudar la marcha puede hacérsenos más costoso.

No podemos olvidarnos jamás de la cantimplora. Para algo tan importante como es la hidratación hay que prestar mucha atención a las temperaturas que se prevean que tengamos o a las posibilidades de encontrar agua potable de confianza durante el camino. Así calcularemos la cantidad de agua que necesitaremos. Además, se puede llevar algún tipo de bebida isotónica que nos ayude a recuperar las sales perdidas a través del sudor. Al igual que con la comida, es importante beber a menudo a lo largo de la excursión, aunque no notemos la sensación de sed. La sed es ya un síntoma de que estamos empezando a deshidratarnos.

Una vez terminada la jornada volveremos a alimentarnos y, especialmente, hidratarnos para reponer lo que el cuerpo ha ido perdiendo a lo largo del día.

Otras cosas a llevar en la mochila. 

Existe, además, una serie de objetos que tampoco deberíamos olvidar en nuestras salidas senderistas. Los tres primeros son imprescindibles y el resto muy recomendables aunque ya dependerán de las características de la excursión.

  • Botiquín. Para primeros auxilios. Con material para curar heridas, contusiones, picaduras de insectos… También medicamentos como analgésicos o antidiarréicos.
  • Manta térmica de emergencia. Para protegernos del frío o del calor si por ejemplo sufrimos un accidente y estamos esperando el rescate.
  • Teléfono móvil. Con la batería cargada. Hay que recordar que quizás atravesaremos zonas sin cobertura.
  • Brújula. Como complemento al mapa, puede llegar a ser necesaria, aunque tenemos que aprender a usarla.
  • Gafas de sol y crema solar. Dependiendo de las condiciones climáticas.
  • Pañuelo. Es un complemento genial que puede tener numerosas funciones: para protegernos del sol o el polvo, secarnos, taponar heridas, recoger frutos silvestres…
  • Iluminación. Por si se nos hace de noche. Son ideales las linternas frontales que se ajustan en la cabeza y nos dejan las manos libres.
  • Filtro de agua o pastillas potabilizadoras por si no tenemos más remedio que rellenar la cantimplora en un arroyo o alguna fuente poco fiable.

Durante la caminata.

Una vez en marcha nos moveremos a nuestro ritmo. Mejor sin prisas para disfrutar mejor y no perder detalle de los lugares por los que pasamos. Podemos parar a descansar siempre que lo necesitemos. Nunca jamás dejaremos basuras y trataremos de que nuestro paso afecte lo mínimo posible al entorno natural.

 

  

Hay que usar la cabeza, actuar en función de nuestra experiencia y tener presente siempre que estamos en la Naturaleza. Seguiremos las señales si las hay y no nos aventuraremos por sitios en los que exista el riesgo de perdernos. Esto último puede llegar a suceder, a veces, de manera muy tonta y casi en cualquier sitio,  por lo que hay que permanecer atentos.

Si llegamos a perdernos debemos mantener la calma e intentar localizar el lugar en el que nos encontramos usando el mapa y/o la brújula. Si es posible, trataremos de retroceder hasta un punto que reconozcamos.

La filosofía senderista. 

El senderismo nos acerca a los entornos naturales y rurales y, por su característica no competitiva, nos permite disfrutar de ellos con calma, observando y aprendiendo. Cuanto mejor los conozcamos más sentiremos la necesidad de conservarlos.

Los senderistas nos movemos respetando los lugares por donde pasamos, intentando dejar el menor rastro posible de nuestra presencia. Agradecemos la buena compañía y los encuentros en el camino. Estamos atentos y lo contemplamos todo con curiosidad, dejándonos sorprender.

Paso a paso nos internamos en la Naturaleza y, por un rato, recordamos que formamos parte de ella.

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